El primer taller de SKHM en España
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Pedro: “En primer lugar quiero
dar las gracias a todos por el apoyo que tanto mi esposa como yo recibimos
en el taller. En nuestro caso, no sabemos muy bien porque, no llegamos
a experimentar ninguna iniciación, sin embargo quisiera dejar
patente que para mi la sensación de amor y unión en
el grupo desde un primer momento resulto algo maravillosa.”
Pilar: “Para mí ha sido una experiencia realmente
impactante, con un alcance que no pensé que se pudiera conseguir
en dos días...Me vino otro montón de energía,
me entró muchísimo calor, empecé a tener temblores
de nuevo y... empecé a reírme... a reírme como
no recordaba yo haberme reído nunca, durante no sé cuanto
tiempo, sin saber por qué, pero con un placer inmenso que me
recorría...
Muchísimas gracias a todos, a los que estuvieron allí,
a los me apoyaron, a los que se dejaron apoyar por mí, y gracias
especiales al universo por haberme dado esta oportunidad de encontrarme
y reconciliarme con mi interior.”
Cada persona reacciona de forma diferente ante la energía SKHM.
Algunos experimentan mucha paz y una alegría intensa. En otros,
la energía, al entrar en el cuerpo, golpea zonas de tensión
o bloqueos donde se guardan emociones y recuerdos dolorosos. La energía
ayuda a liberar los bloqueos y a sacar fuera el dolor.
Katja: “En el taller me sentí unida con el universo,
y vi. una luz brillante, pura y divina bajando y rodeándome.
Todo mi cuerpo se llenó con esta luz brillante y sentí
como si estuviera flotando y volando, sintiéndome conectada
a la tierra a través de mis pies y al cielo a través
de mi cabeza.
Fue un momento maravilloso, lleno de paz, y fue como si el universo
me estuviera mostrando el camino para soltar los bloqueos emocionales,
para liberar mi cuerpo y mi alma de todas las emociones acumuladas
durante años. La energía llegaba a niveles cada vez
más profundos, y fui capaz de llorar, de dejar de contener
las lágrimas”.
El hecho de abrirse a la energía y dejarla entrar puede ser
suficiente para permitir que el dolor sea transformado y sanado. Sin
embargo, más a menudo, la persona se siente tan desbordada
o perturbada por las emociones que necesita ayuda para ser capaz de
expresarlas.
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Silvia: “He de agradecer
al grupo de maestros que estuvieron allí, Patrick, Michael,
Graham, Teresa que hicieron que me sintiera muy protegida entre
tanto miedo, dolor, vergüenza, tristeza...Y desde luego
a aquellos compañeros que me dieron su apoyo y su cariño.” |
En las clases de SKHM se utilizan varias técnicas para ayudar
a la gente en este proceso de traer a la superficie los sentimientos
dolorosos que guardan dentro de sí.
Expresar el dolor es sólo una parte del proceso de sanación.
Es el primer paso, y es de vital importancia. Es posible que las personas
que han llevado ese dolor profundamente arraigado en su interior durante
mucho tiempo necesiten dedicar mucho esfuerzo y trabajo para conseguir
empezar a expresarlo. A muchos nos resulta difícil ponernos
en contacto con nuestras emociones, simplemente no sabemos cómo
hacerlo. Hay quienes están tan acostumbrados a esconder sus
emociones que difícilmente pueden sentir algo; se vuelven insensibles
en un intento de protegerse del sufrimiento.
Centrarnos en nuestro cuerpo, permitiéndonos sentir las tensiones
y sensaciones que hay en las distintas partes de este, es una técnica
importante para llegar a ser más conscientes de nuestra propia
realidad interior. Respirar en esa zona, enviarle vibraciones sonoras,
y permitir que esa parte del cuerpo emita sus propios sonidos, son
todas técnicas eficaces para liberar energía emocional.
Una vez que la persona lleva toda su atención a esa zona que
está reteniendo el dolor emocional, puede sentir qué
es lo que hay ahí realmente.
Silvia: “Uno de los maestros, se dirigió a mi, y
estoy segura que porque sabia que me quedaba algo que sacar, empecé
a sentirme amenazada de nuevo, con miedo y le golpee, fue un instante
pero me sentí fatal. Nunca había sido agresiva, nunca
me había pegado con nadie. A continuación intente huir,
buscar un rincón, estaba de nuevo avergonzada. Me llevaron
al suelo y de nuevo empecé a encogerme y a llorar, todo acabo
cuando Graham me abrazo.”
En un taller de SKHM el llanto y los gritos aparecen a menudo cuando
de pronto la gente es capaz de expresar lo que hay en su interior.
De nuevo, esto puede resultar molesto para quienes están acostumbrados
a controlar y contener sus emociones. Los sentimientos de los demás
pueden actuar como un desencadenante de nuestros propios sentimientos.
Puede resultar extremadamente esclarecedor descubrir por qué
te afectan las emociones de otra persona; normalmente esto significa
que en alguna parte dentro de ti esa emoción está esperando
a ser expresada. Puede ocurrir una reacción en cadena en la
que varias personas desencadenan, las unas en las otras, la aparición
de asuntos emocionales no resueltos. Esta es una de las razones por
la cual el procesamiento emocional dentro de un grupo puede ser tan
potente.
Asimismo, los sentimientos de alegría y amor que se experimentan
al entrar la energía también resultan amplificados.
La energía del grupo es mucho mayor que la que puede experimentar
cada persona individualmente. Como dice Patrick: “La energía
aumenta exponencialmente con cada persona del grupo.”.
Expresar el dolor es el primer paso para sanarlo, pero también
es necesaria la comprensión del origen de esos sentimientos.
Una vez que los sentimientos han sido reconocidos y expresados, es
necesario explorarlos. Por lo tanto, la siguiente fase consiste en
ayudar a la persona a encontrar el significado de ese dolor, cuándo
y cómo apareció por primera vez, y qué significado
tiene para esa persona.
Graham: “Estaba ayudando a alguien, y de pronto sentí
el dolor en su corazón y empecé a llorar, en parte por
ella y en parte por mí. Luego me tendí en el suelo y
empecé a sollozar, y mi cuerpo empezó a sacudirse de
forma incontrolada. Me di cuenta de que me sentía mal porque
uno de mis mejores amigos regresaba a Inglaterra, pero luego me di
cuenta de que el sentimiento de pérdida se debía también
a la muerte de mi padre hacía muchos años. En ambas
situaciones, sentía que estaban a punto de abandonarme y me
sentía incapaz de hacer nada al respecto.”
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